Nada. Llevo tiempo pensando y nada. Ni una idea que me dé pie a teclear ni nada interesante que se me ocurra, no sé de qué escribir.
Es una tarea complicada, aunque no lo parezca. Son necesarias muchas cualidades para elaborar un escrito, desde el conocimiento del idioma en cuestión hasta la correcta utilización de recursos estilísticos, pasando por una correcta ortografía o la capacidad de construir frases coherentes (que alguna que otra vez falla). Pero nada de eso sirve cuando uno está en blanco.
“En blanco”... ¿Cuál será el origen de esta expresión? Seguro que guarda una historia interesante, voy a... Ah, no, es simple: el blanco como símbolo de lo impoluto, a veces como sinónimo de la nada; es fácil pensar en blanco cuando uno no tiene nada en qué pensar. ¿Lo véis? Nada.
No puedo decir que no hay nada porque no puede haber algo que sea nada. Si hay algo no hay nada (dejemos por un momento esa cualidad del castellano de permitir dos negaciones en una misma frase sin que se anule el carácter negativo de la misma y pensemos en el término "nada" como en otro cualquiera), es decir, si hay algo entonces no puede haber nada. La nada no es, no está, no hay, no hace...por eso Martin Heidegger (1.889 – 1.976) dice eso de “la nada nadea”, es la única acción (por así decirlo, la nada no puede realizar acción alguna) que se le puede atribuir, un verbo formado por la propia palabra “nada”. Cosas de filósofos, esa gente a la que le das una palabra y le puede sacar toda la punta que le pidas.
Ah, Heidegger...pocos no iniciados en Filosofía lo conocen, pese a ser uno de los pensadores más interesantes del siglo XX. Eso sí, dada la densidad de la obra de este señor, deben dar gracias los que no le conocen por no tener la necesidad de tratarla cara a cara. No obstante, tras un corto repaso en el instituto de la historia de la Filosofía con autores tan sencillos de entender como Platón o tan curiosos de estudiar como Nietzsche, el valiente que escoge esta materia como carrera universitaria suele encontrarse con el bueno de Martin sin comerlo ni beberlo y es un palo duro. Esas cosas pasan.
Pasan como el tiempo, que ya ha pasado y me ha llegado el momento de publicar esto...y resulta que he escrito algún que otro párrafo, que quizá no digan nada reseñable, pero...qué queréis que os diga, no sabía de qué escribir.
ESTE ARTÍCULO NO LLEGÓ A PUBLICARSE EN QAH