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2 de septiembre de 2014

El silencio

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Una especie de goteo incesante sonaba en el altillo del armario. Eran eso de las cuatro y veinte de la madrugada. El murmullo del ventilador se escuchaba en el piso de abajo calló de pronto y el goteo adquirió más presencia, a pesar del sempiterno tic-tac del antiguo reloj de su abuelo. Aparte de eso, el silencio. El silencio acompañado de su fiel amiga, la noche.

Persianas bajadas, puertas cerradas y la leve luz de un pequeño flexo eran sus compañeros en ese momento.

Sonrió.

Se levantó de su butaca y encendió su tocadiscos.

«Total - pensaba mientras tanto -, los ruidos sospechosos sólo son peligrosos en las películas».

Parece que ese extraño goteo le inspiró. Al fin se sobrepuso a los consejos de su inseparable compañera Pereza e hizo el esfuerzo de poner a reproducir ese disco que adquirió tiempo atrás. ¡Ay, Pereza, en todos presente y por nadie querida!...

El sonido fluía a bajo volumen (para no molestar a los sumisos vecinos que duermen a la hora que está bien vista) y alguien gritaba al otro lado del altavoz. Le gustaba.

El goteo dejó de oírse.

«¿Ves? - pensó - Un bicho maligno no se va por las buenas, así que no hay que preocuparse por una soplapollez».

Se relajó (aún más, si cabe) y se puso a ojear sus notas. Se aproximaban las cinco de la mañana, tenía sueño, pero no quería dormir. Le gustaba la noche, pero, por mantener sus preciadas aunque escasas posesiones, tenía que apechugar y adaptarse a las largas jornadas de sol, las cuales combatía con unas discretas gafas oscuras.

Disco rallado.

Por unos segundos volvió el goteo.

«Da igual».

Oscuridad.

Se ven chispas y aparece una pequeña llama. Con la misma cerilla encendió una pipa de madera y un cirio usado, mientras sonaban las campanas del reloj.

Volvió la música a su estado original.

A la luz del fuego y pensando en la cama, reflexionaba sobre su situación: corta edad, siglo vigésimo primero y costumbres chapadas a la antigua. Lo sabía y no le importaba. Andaba por la calle mirando al suelo siempre y notaba las miradas de desprecio hacia su persona. Pero una sonrisa de oreja a oreja iluminaba su rostro, más aún con gente a su alrededor; no por hacer ver lo buena persona que era, que lo era. No. Sonreía porque sabía que era superior a ellos...y ellos no tenían ni idea...

«Ilusos...», se dijo entre suaves carcajadas.

Pero su regocijo no duró mucho. Nunca le duraban mucho sus sensaciones, fueran del tipo que fuesen.

La cara y la cruz de saber un secreto de libre acceso del que muy pocos se dan cuenta de que está ahí: la vida no importa más que una piedra.

Pero sonreía, aun así, cual Buda.

Tras el humo, acertaba a ver su magnífica biblioteca, situada frente a su cama. Leídos todos los libros de la primera a la última letra. Autores a los que odiaba, autores a los que adoraba, autores a los que una vez siguió ciegamente y acabaron produciéndole cierto desengaño,... En fin, toda clase de libros y de géneros literarios, y todos leídos al menos una vez. Y cómics. Le gustaba el dibujo más que la lectura y, en consecuencia, adoraba los cómics. No le hacía ascos a nada. Todo el arte le fascinaba y todas sus manifestaciones practicaba (no en vano mostraba con orgullo en su salón un título de licenciatura en Bellas Artes).

Pero, si había algo que le ocupara más tiempo, era la música. Desde los tres años observaba con fascinación a su bisabuela tocar un piano de cola precioso, en su familia desde hacía generaciones. Murió tras enseñarle todo lo que sabía. Nunca dejó de tocarlo. Se relajaba sintiendo el tacto de las teclas en la yema de sus dedos. Acabó comprándose un pequeño teclado electrónico; no era lo mismo, pero podía conectar los auriculares y no molestar a los demás, ya que siempre tocaba un poco antes de dormir, todos los días.

Le dio la vuelta al vinilo y decidió ponerle un broche de oro a su día de satisfacciones (no se sentía tan libre como ese día desde hacía mucho; se organizó tan bien que incluso logró terminar esa figurilla de barro que tantas semanas llevaba a medias), así que sacó su teclado, se puso sus auriculares y comenzó a tocar a dúo con la música que llenaba la habitación.

Acabó la canción y su sonrisa iluminaba más que la llama del cirio.

Soltó el teclado y volvió a la pipa.

Esta vez echó un vistazo a su escritorio, sobre el que descansaban muchas páginas, tanto escritas como en blanco, con una magnífica y elegante pluma estilográfica.

El pestañeo cada vez se hacía más habitual.

El humo inundaba la habitación.

Se acomodaba tímidamente entre las sábanas.

Calor.

Se movía.

Ojeaba la habitación entera observando con todo el detenimiento que sus ojos cansados le dejaban su modestas obras de arte.

La última imagen que tuvo de esa turbia habitación fue la de un libro con el lomo en blanco. Un libro de su propia cosecha. Y se fue finalmente con Morfeo.

El cirio se mantuvo encendido...cayó y prendió las cortinas.

Dicen que el fuego purifica. Pues su hogar se purificó.

El viejo reloj de madera nunca terminará de dar las siete campanadas.

El incendio estuvo controlado demasiado tarde.

Cenizas.

Ruinas.

En la negra y chamuscada cama, un cuerpo inerte. Se atinaba a ver una sonrisa en la cara. Su imborrable sonrisa. Su expresión parecía estar a caballo entre un "¡Qué desgracia!" y un "¡Qué más da!".

La señorita Hipocresía pasó por allí y se quedó a ver qué sucedía. Nadie llamó nunca a la puerta del primero ce, pero todos hablaban maravillas del desgraciado cadáver... No deja de ser curioso que el vecindario sepa todos los detalles de la vida de un recién fallecido.

Al día siguiente, sus familiares hicieron el reconocimiento de turno y mandaron incinerar el cuerpo. Dulce ironía.

Nunca se tomaron en serio esos comentarios de dejar su cadáver en algo parecido a esas torres del silencio de los mazdeístas.

Pero ya todo terminó.

Ya su amigo Viento no volvería a tratar de arrebatarle sus lunares.

Ya su querida Lluvia no volvería a mojarle su ropa, siempre oscura.

Ya su tocaya la Luna no volvería a iluminarle su tez blanquísima.

Sus ojos se apagaron.

Murió como habría querido: contenta, sonriente, realizada artística e intelectualmente y más sola que la una.




16 de abril de 2014

Jaicu

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Dicen que los haikus son micropoemas japoneses relacionados con las estaciones y que incluyen elementos característicos de las mismas y que se componen de tres versos, sin rima, de cinco, siete y cinco sílabas. Hoy voy a intentar hacer un jaicu, un haiku d'aquí. Estamos en primavera en Sevilla, así que creo que el poema se hace solo:

Semana Santa.
Azahar, pasión y fe.
Sevilla y calor.

Y para acompañar esta fusión sevillano-nipona primaveral, qué mejor que unas sevillanas en japonés.

Cartel de las fiestas de primavera. Sevilla, 2014

17 de febrero de 2014

¡Anda!

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Iba caminando por el arcén -no le quedaba otra-, cuando notó que el enésimo coche se le acercaba. Entornó los ojos para ver mejor con la luz del Lorenzo en contra y, efecivamente, un auto azul oscuro andaba cerca a su espalda. «Otra vez a apartarme», lamentó. «Todos los días lo mismo: el único camino que puedo coger es el que me lleva por donde van los coches que pasan de los intereses de los que preferimos caminar. ¿Por qué tendré que apartarme siempre?». Esa pregunta hizo que algo en su actitud cambiara. Esta vez no iba a dejar que un factor externo le llevara a hacer lo que no tenía por qué hacer.

Continuó con paso firme y la cabeza alta, ignoró el claxon y notó cómo aminoraba el motor. De nuevo el claxon. De nuevo indiferencia. El camino continuó entre sudores, sonidos de desesperación automovilística, insultos varios (a cual más original, todo hay que decirlo) y una amplia sonrisa en la cara de nuestro protagonista. Soportó los golpes (hubo intentos de atropello) y la presión de los ya cuatro conductores que avanzaban a un paso demasiado lento como para llegar a tiempo a hacer lo que fuera que tuvieran que hacer.

Y llegó así a su destino, con constancia y determinación un solo hombre sometió la voluntad opresora de varios, a pesar de las posibilidades de perder incluso la vida. Con la sonrisa cada vez más amplia, tomó su desvío con una alta autoestima.

Cuando los coches al fin pudieron adelantar al viandante, aprovecharon el charco que siempre se formaba en ese punto para empaparle.

3 de febrero de 2014

Nada nuevo bajo el sol

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Si Patxi Andión volviera a cantar una carta a su padre (como la que hizo en 1983) en estos días, tendría poco que añadir y que cambiar (poco más que ciertos detalles familiares que cambian intevitablemente con el tiempo).

Hay referencias de, como se suele decir, "rabiosa" actualidad: "Padre, he oído (...) que lo del aborto va para largo (...) y que el PSOE dice que alguien ha dicho que dicen que esta vez será la vencida, que repartirán poder y nadie sabe si van a poder", "Por lo demás, por aquí, con lo de siempre, dando vueltas y más vueltas al salario la gente", "los héroes están muertos y, aunque han dicho que mañana lloverá, haría falta para despertar el diluvio universal".

Pero, como lamenta al final de la carta, "supongo que entenderás, tú, que supiste siempre desandar distancias, cómo me siento al tenerte que contar en esta carta cosas de tan poca importancia", a saber, "se casa Nosequién, ya divorciado", "Ayer ganó el Barcelona y la Real se retrasa, el Real que sigue a cuestas con eso que pregonan por las trastiendas de que si los árbitros siguen en venta", "hogaño llovió poco y la caza anda escasa...como casi todo", o la frase que abre y cierra la carta "Padre, he oído que mañana lloverá".

Su carta hablaría de lluvia, de fútbol, de rumores, de la familia y los amigos, defunciones y alumbramientos diversos, de que el Barcelona sigue ganando a menudo, la Real Sociedad a trancas y barrancas y el Real Madrid acusado de comprar partidos,...quizá repitiendo la información, quizá cambiándola. Pero lo del aborto aún va para largo, el PSOE (entre otros) sigue prometiendo cosas para futuros hipotéticos, los que siempre han tenido un salario limitado no han aumentado ese límite y, especialmente, la lluvia de mañana sería igualmente insuficiente para despertar.

Así que, hasta nuevo aviso: señor Andión, usted y yo no nos conocemos por razones obvias, pero quería decirle que he visto en internet que mañana lloverá. Por lo demás, con lo de siempre. Treinta años después, con lo de siempre.

Y es que es más cómodo que todo se mantenga tal cual, para bien y para mal. Si todo cambiase, los que ahora viven bien se arriesgan a vivir mal (cosa nada agradable para sus acomodadas posaderas) y los que ahora viven mal se arriesgan a vivir bien (y todos sabemos lo mal que vive uno sin tener de qué quejarse, con lo bien que viene para aliviar tensiones).

"Padre, he oído que mañana lloverá y que, quizá, por la tarde escampe"

16 de diciembre de 2013

Dixlesia

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El pasado viernes leí la siguiente carta al director en el Diario de Sevilla. La firma alguien llamado Miguel Fernández:
Pienso en la vida de Nelson Malndela, en su honradez, en su actitud constante de reconciliación, de sumar en vez de restar, y al cotejarlo con la izquierda de este país siento indignación y tristeza, porque, a mi juicio, está llevando a cabo una estrategia equivocada, anclada todavía en la lucha antifranquista, empleando métodos y eslóganes que recuerdan tiempos donde fueron necesarios, pero que ahora resultan cuando menos incomprensibles. Basta recordar los gritos de "libertad para la clase obrera" unidos a los insultos a la juez Alaya como botón de muestra de cómo utilizan una estrategia rancia. Su obsesión es desgastar al adversario político, incluso vinculándolo a los fascistas de los malos tiempos de nuestra historia. Sea o no demostrable, no importa: la derecha es el caos y la izquierda tiene el deber de echarla del gobierno. Así, el pueblo sospecha que el principal objetivo de la izquierda no es arrimar el hombro para mejorar su situación hoy, sino recuperar las mieles del poder perdido. Traigo aquí esta frase de Mandela: "Si deseas hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces se convierte en tu compañero". Pero aquí esos parámetros no interesan. ¿Ha habido razones sobradas para que la izquierda y la derecha se pongan a dialogar y sacar al país de esta espantosa crisis que tanto daño está causando a millones de ciudadanos? Sin duda, pero es mejor que siga todo mal, que sufra lo indecible la población antes que contaminarse con la derecha con acuerdos saludables, dignos de una izquierda con visión de Estado y no miope con sus banderías de partido y su puritanismo rayano en el sectarismo. Ojalá la actitud de diálogo demostrada continuamente por Mandela, incluso con los que lo torturaron, sirva de orientación a nuestra descentrada clase política.
Llevaba como título "Mandela y la izquierda española". No voy a hablar del ahora conocido por todos como Madiba. De la izquierda española, sí, pero en un contexto mayor, el del panorama político actual.

Miguel Fernández menciona la importancia que da la izquierda española al pasado. No creo que sea falso, pero no es algo extraño a la derecha ni a la política de otros países. De hecho creo que el mismo uso del espectro político tal cual es anclarse en el pasado.

No cabe duda de que la polarización en cualquier aspecto suele venir con nuestra condición humana, así que la política no se iba a salvar. Por eso se distingue entre izquierda y derecha políticas y por eso, desde los orígenes de los conceptos, ambos se toman como el agua y el aceite. Es muy sencillo adaptar a todo nuestro mundo un esquema lineal cuyos extremos jamás se encuentran, lo que implica que no hay punto intermedio que valga. Y si alguna vez parece haber alguno, seguro que hay trampa. Pero normalmente la sencillez de algo no implica su conveniencia. Es más, yo diría que aplicar un esquema así a la política es contrario a ella misma, cuyo objetivo es mediar en los asuntos humanos en busca de concordia.

Apostar por la convivencia implica centrar la atención en el acuerdo y evitar, en la medida de lo posible, el enfrentamiento. Esto hace que carezca de sentido seguir viviendo en el pasado buscando hechos que echar en cara al "enemigo", a la "oposición", olvidándose de tratar de encontrar la unión que favorezca a la sociedad en su conjunto. La izquierda española tiene todavía demasiado en cuenta el franquismo y se lo echa en cara a la derecha española. Pero la izquierda política en general sigue teniendo demasiado en cuenta errores de la derecha política. Y viceversa. No hay más que ver un informativo para darse cuenta que lo que recibe más atención es la acusación al de opinión política diferente. Pasa con la izquierda y la derecha, y también con otras posiciones que surgieron posteriormente, como el centro político (que, como posición definida, tiene sus enemigos: todos los que no sean de centro).

Efectivamente, "ha habido razones sobradas para que la izquierda y la derecha se pongan a dialogar", pero sí, "es mejor que siga todo mal" y que cada posición se encierre en sus "banderías de partido". No es extraño que así sea, en un mundo tan pretendidamente competitivo.

Imagen tomada de aquí

6 de octubre de 2013

Animales no humanos (II)

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Retomo este tema para comentar el resto de lo que tengo que decir sobre esto.

En la última ocasión me quedé diciendo que el hecho de que la industria cárnica no tenga en cuenta los intereses naturales de los animales no debería ser excusa para dejar de consumir alimentos de origen animal. En concreto, me refería a la carne, pero existen otros alimentos de este tipo, como son el pescado, la leche y los huevos. En cuanto a la carne, poco más que añadir que lo que dije en la ocasión anterior: lo realmente preocupante de la industria alimentaria no es que se maten animales, sino que se trata a estos como mera mercancía, eliminando lo que realmente son. La misma consideración hemos de tener con el pescado. Los peces son tan animales como las vacas o los cerdos, el hecho de que vivan bajo el agua no quiere decir que sean menos que otros. Como animales con cerebro que son, que lo son, sienten y actúan como cualquier otro. Pero volvemos a lo mismo: el error no está en comerlos, sino en tratarlos como objetos. Con respecto a los huevos, teniendo en cuenta que no es más que un óvulo que va a salir sí o sí del animal sin necesidad de estar fecundado, tampoco veo por qué no comerlos.

Es con la leche con la que sí tengo mis dudas acerca de su consumo. Como sabemos, somos los únicos animales que siguen consumiendo leche después del período de lactancia, lo cual puede decirnos algo. La leche es un alimento necesario para los mamíferos que acaban de llegar a este mundo, contiene los nutrientes necesarios para su crecimiento, pero, una vez pueden adquirir estos por otros medios, ya no es necesaria. No tiene por qué tener consecuencias negativas para la salud, pero no hace falta. Así pues, se puede considerar su consumo en humanos no lactantes como un capricho que, en principio, depende de hacer parir animales y usar el alimento para sus hijos para dárselo a alguien que no lo necesita. Recurro aquí, de nuevo, al argumento de la naturaleza: si lo natural es tomar leche sólo en la etapa lactante, por algo será.

Yendo más allá de lo anterior (y para acabar) quiero recalcar, aunque parezca una obviedad, que hay animales más allá de los nombrados. Quiero referirme en especial a los insectos, esos pequeños bichitos que, asusten o no, siempre despiertan en nosotros la necesidad de aplastarlos, por el simple hecho de que somos mucho más grandes en tamaño que ellos. Son mucho más diferentes a nosotros que mamíferos, aves y peces, pero ¿acaso eso nos da potestad para juzgar su vida como inferior a la nuestra? Yo creo que no. Nuestra costumbre de pisar insectos porque no les oímos gritar y, por tanto, no nos duele tanto (no les sentimos tan cerca como a otros físicamente más parecidos) hará ver esta defensa de la vida de los insectos como algo estúpido, pero creo que merece la pena pensar en que ellos estaban ahí ya, y no porque alguno de nosotros los hayamos puesto, precisamente, y que no tenemos ningún derecho a matarles sólo porque nos dan asco por su apariencia (creo que el caso se ve claro si el asesinado es un humano y no un insecto). Para que penséis en esto (y sintiéndolo mucho por mi hermana, si lo ve) os dejo la imagen de uno de los seres más injustamente odiados del planeta, una cucaracha:

También son animales, no lo olvidemos.

Creo que, exceptuando, quizá, una extensión mayor (sobre todo del tema de los insectos), no tengo mucho más que decir al respecto. Espero que la espera para la llegada de esta segunda parte haya merecido la pena.

24 de agosto de 2013

Un paralelismo

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Las panteras no existen. No como especie, al menos. En España se conoce por ese nombre a jaguares, leopardos, etc., cuyo pelaje es completamente oscuro. Dicho mal y pronto, son individuos de dichas especies que sólo tienen una mancha, pero lo suficientemente grande como para que le ocupe el cuerpo entero. Las panteras son, en fin, individuos pertenecientes a un grupo en el que el resto son diferentes.


Como un jevi de pura cepa. Poco se parece al resto de sus compañeros de especie, suele lucir un pelaje frondoso e ir siempre de negro. Incluso hay quienes les consideran una especie aparte (en ocasiones hasta ellos mismos). Sin embargo, nada más lejos de la realidad.


Las panteras y los jevis son los raritos de sus respectivas especies, comparten color favorito, gustan de abrir sus fauces para emitir sonidos característicos, tienen la misma fama de agresivos y, como todos los peluditos, son hasta cariñosos si se les conoce bien. Y aquí una muestra del paralelismo pantera-jevi:


Panteras, los jevis de la selva

Jevis, las panteras humanas

16 de junio de 2013

El efecto efecto

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Últimamente he visto varias veces a gente que llama a cosas "El efecto tal" o "El efecto cual". Ese tipo de denominación se produce cuando existe una relación causa-efecto generalizada, es decir, cuando algo o alguien reacciona de una manera determinada ante cierto hecho. Por ejemplo, se habla de "efecto bumerán" cuando uno hace algo cuyas consecuencias acaban repercutiendo directamente en él mismo (como pasa al lanzar un bumerán, que acaba volviendo al lanzador) o escuchábamos hace unos años eso de "efecto 2000" en referencia a un colapso tecnológico que llegaría con el inicio del nuevo milenio.

Hay efectos que podríamos llamar oficiales, que son los que tienen su correspondiente explicación fundamentada (el efecto Doppler, el efecto placebo,...) y otras que son ocurrencias de anónimos que o bien creen por su cuenta que algo debe tener dicha denominación o bien quieren parodiar esta nomenclatura. Como digo, en las últimas semanas me he encontrado con varios efectos de este último tipo, así que, siguiendo la lógica de tal fenómeno, me voy a permitir bautizarlo como "el efecto efecto".

El efecto efecto se produce, pues, cuando una cantidad reseñable de personas usan el método de llamar "el efecto x" a situaciones y fenómenos que pueden o no encajar en esta definición de efecto. Pocas veces se hace con pretensiones de permanencia en el tiempo, dado que la mayoría sólo se sirven de esto a modo de comentario con pretensiones humorísticas.

¿Por qué destaco este hecho, diferenciándolo así de otro tipo de chascarrillos con una estructura predefinida? Escribo una entrada con esto y no con otras estructuras como "Hago tal cosa en la primera cita" o juegos de palabras variados porque esta tiene la característica de que no es una frase hecha o una "frase tipo" en conversaciones o redes sociales, sino una denominación que sigue sirviendo como terminología formal, a pesar de estar extendido su uso coloquial.

No sé adónde me lleva todo esto, pero no quería dejar de decirlo. Si alguna vez puedo sacar alguna conclusión, supongo que lo haré saber. Hasta entonces, disfruten y acuérdense de mí y del efecto efecto cuando vean algún efecto.

1 de mayo de 2013

Animales no humanos (I)

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Imagen encontrada aquí

"Este libro no trata sobre mascotas"
Peter Singer

Peter Singer es conocido por su amplia
carrera en el campo de la ética
Esa cita es el comienzo de Liberación animal (1975). Con este libro, el filósofo australiano Peter Singer (1946) funda (sin que ese sea su objetivo) todo el movimiento animalista que hoy, quien más quien menos, conocemos. No es un libro sobre mascotas, sino sobre animales (animales no humanos), y bastante crudo. Una fundamentación racional sobre por qué estos seres no se encuentran fuera del alcance de la ética da pie en el escrito a numerosas muestras de lo que el ser humano hacía en los años 70 para comerciar con la carne y demás productos de origen animal y sacar un beneficio considerable de ello; básicamente, tratar a seres vivos como simple mercancía. Unas prácticas que hoy, aunque mermadas en diferentes ámbitos, siguen existiendo.

En definitiva, Singer defiende no sólo una postura de total rechazo al maltrato de animales no humanos, sino que va más allá y promueve la ausencia de consumo de alimentos animales, el vegetarianismo, por motivos meramente éticos, ni sentimentales ni intelectuales ni de ningún otro tipo; por una sencilla razón: ningún ser tiene legitimidad ninguna para hacer sufrir a otro.

En este sentido, aparece en el "Prólogo a la nueva edición" una anécdota curiosa:
"Poco después de haber comenzado este libro, a mi mujer y a mí—vivíamos en Inglaterra por aquel entonces— nos invitó a tomar el té una señora que había oído que yo pensaba escribir una obra sobre animales. Le interesaban mucho los animales, nos dijo, y tenía una amiga que ya había escrito un libro sobre el tema y que estaría encantada de conocernos. 
Cuando llegamos, la amiga de nuestra anfitriona ya  estaba ahí y, ciertamente, estaba deseosa de hablar de animales. «Adoro a los animales», comenzó; «tengo un perro y dos gatos, y se llevan maravillosamente bien. ¿Conoce a la señora Scott? Dirige una pequeña clínica de animales domésticos...», y se disparó. Hizo una pequeña pausa mientras se servían los refrescos, cogió un sandwich de jamón y nos preguntó qué animales domésticos teníamos nosotros. 
Le respondimos que no teníamos ninguno. Nos miró sorprendida y dio un mordisco a su sandwich. Nuestra anfitriona, que ya había terminado de servir el té, se unió a nosotros e intervino en la conversación: «Pero a ustedes  si que les interesan los animales, ¿no es así, señor Singer?». 
Intentamos explicarle que estábamos interesados en evitar el sufrimiento y la miseria; que nos oponíamos a la discriminación arbitraria, que considerábamos que está mal causar sufrimiento innecesario a otro ser, incluso si ese ser no pertenece a nuestra propia especie, y que sí creíamos que los humanos explotan despiadada y cruelmente a los animales y queríamos que esto dejara de ser así. Aparte de esto, dijimos, no nos «interesaban» especialmente los animales. Ninguno de los dos habíamos estado excesivamente apegados a perros, gatos o caballos como lo está mucha gente. A nosotros no nos «encantaban» los animales. Simplemente queríamos que se les tratara como seres independientes y sensibles que son, y no como medios para fines humanos, como se había tratado al cerdo cuya carne estaba ahora en los sandwiches de nuestra anfitriona."
Peter Singer, Liberación animal, Trotta, Madrid, 1999 pp. 19 - 20

Me parece una buena muestra de las pretensiones del libro: la denuncia del sufrimiento al que se somete a ciertos animales sólo para beneficio humano, sin necesidad de recurrir a sentimentalismos, y, en consecuencia, la defensa de una alimentación puramente vegetariana.

Que no se sorprendan los lectores que me conocen, no me he vuelto vegetariano. Comparto lo que dice el australiano, pero no creo que haya que ser tan tajante. No deberíamos torturar animales, pero ¿qué pasa con esto?
¡Eh, vegetarianos! ¡Explicad esto!
En nuestra dentadura encontramos dientes incisivos, caninos y molares. Los dos primeros son propios de los carnívoros, mientras que las muelas son características de los herbívoros. Eso nos hace omnívoros, esto es, como sabemos, que podemos consumir tanto carne como vegetales. Parece ser que los primeros humanos se alimentaban sobre todo de vegetales, aunque a veces también consumían la carne de animales muertos. Pues bien, si por naturaleza nuestro organismo está preparado para alimentarme de ambas cosas, lo siento por los que no sean partidarios de matar para comer, pero yo no voy a dejar de comer carne.

Jesús Mosterín encuentra en la
ciencia fundamentos para su filosofía
Como dice Jesús Mosterín, "cada animal tiene una naturaleza y hay que dejarle vivir conforme a su naturaleza (...) Una cosa es oponerse a la tortura y otra a la muerte sin dolor. " (extraído de esta entrevista). Jesús Mosterín (1941) es un filósofo español muy cercano a Peter Singer, especialmente en lo que a ética se refiere. Es un referente en España en pensamiento animalista y, como se puede extraer de las declaraciones anteriores, no es vegetariano. Mosterín tampoco encuentra en la ética fundamentos para alejar de ella a los que no pertenecen a la especie humana, e igualmente desecha la idea del sufrimiento innecesario para todos los animales (humanos y no humanos). Hay quien encuentra contradicción entre esta forma de pensar y el hecho de seguir alimentándose de productos de origen animal, pero antes que la ética está la naturaleza. Por naturaleza estamos capacitados como omnívoros, aunque por cultura nuestro método de obtener alimentos ha cambiado, ahora son pocos los que consiguen su alimento con su esfuerzo, la inmensa mayoría tiene que comprarlo. Y es justamente la comercialización de los alimentos la que produce más sufrimiento innecesario.

Como toda la industria, todo está enfocado a producir de tal modo que nunca falte el producto. Dicho mal y pronto, "mejor que sobre que no que falte". Eso implica tener gran cantidad de materia prima y explotarla al máximo. En el caso de los animales se traduce en la supresión de atención a los intereses del animal, es decir, alejarlo de raíz de su naturaleza eliminando cualquier posibilidad de seguir la misma. En el caso de la obtención de carne, esto se remata con una muerte que rara vez no es dolorosa, a pesar de que existan métodos para que no sea así. Pero no creo que consumir carne obtenida de un animal que ha vivido conforme a lo que es y ha tenido una muerte sin dolor sea un error por nuestra parte. Al fin y al cabo, nosotros también somos animales.

¿Qué pensáis al respecto? Yo me extenderé más sobre el consumo de alimentos de origen animal (carne, huevos, leche,...) y sobre la necesidad de prestar atención a los animales no mamíferos en otra ocasión, para que esta entrada no quede demasiado larga. Si se me ha quedado algún cabo suelto hoy procuraré arreglarlo. Hasta entonces.

8 de abril de 2013

Un día

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"I'm so bad, baby I don't care"

Me canso y me gusta. No me gusta, pero me gusta.

Llevo dos horas en la calle, solo, queriendo hacer cosas sin conseguir hacer nada. Quiero desahogarme, pero no tengo con qué. La gente viene y va, la ciudad no es tranquila, no puedo pararme un rato.

Pienso.

Un árbol. Pienso en él. Me doy cuenta de la estupidez y lo observo. ¿Por qué así y no de otra forma?...

¡Oh! Guiris...
je...

De repente, un puente. ¡El río! Suerte que uno sigue teniendo esa imagen romántica del observador tranquilo frente a un paisaje bonito...qué asco.

Bajo, me siento y miro. Sin más. No sirve de mucho, pero descanso las piernas. Algo es algo.

Escribo, miro, pienso de nuevo.
Me reconcilio con el mundo.

"La gente es estúpida (especialmente en días lluviosos como hoy), pero no tienen la culpa. Animalitos...".

¡Bendita música!

Sevilla,
jueves siete de marzo de dos mil trece,
a eso de las siete de la tarde.

4 de diciembre de 2012

Sobre canciones protesta y un piano preparado

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Dos persona(je)s, dos bandas, dos estilos, un mismo espíritu. Javier Krahe (Madrid, 1944), cantautor, frente a Alex O'Dogherty (San Fernando, 1973), actor y músico;  Javier López de Guereña (guitarra y coros), Andreas Prittwitz (clarinete, saxofón, flauta y coros) y Fernando Anguita (contrabajo y coros) frente a Miguel Marcos (guitarra, mandolina, banjo y coros), Jesús Peñaranda (acordeón, acordina, percusión y coros), Alberto Malalengua (teclados, guitarra acústica, cajón peruano y coros), Richard Libeton (batería y coros) y Pepe Curioni (bajo, contrabajo y coros); ironía musicalizada frente a amalgama musical estrafalaria; humor.

Este fin de semana se presentaba mal en lo que a eventos de este tipo se refiere, ya que Javier Krahe cantaba en la ciudad el jueves y el viernes y Alex O'Dogherty hacía lo propio el viernes y el sábado, pero ninguno de esos días parecía propio para ir a verles. Tras muchos dimes y diretes, el mismo viernes por la mañana recibí con alegría la posibilidad de ir a ver a Krahe (la cual aproveché, obviamente) y el mismo sábado a eso de las 21:30h estaba en la calle y no pude resistir la tentación de ir a ver al gaditano.

En definitiva, un fin de semana para recordar, dominado por el humor de dos persona(je)s que, pese a los casi 30 años que los separan, son igualmente extraordinarios. Os comento ambas experiencias:

Montaje creado para la ocasión

"Cuando todo da lo mismo,
por qué no hacer alpinismo"
JK
Sevilla, treinta de noviembre de dos mil doce, viernes.
Centro Cultural La Estación, diez y pico de la noche.

Las luces se apagan y suben cuatro señores al pequeño escenario del lugar. Comienza el espectáculo. Una presentación casi inexistente dio pie a los primeros acordes y al primer verso de la noche: "A veces pienso en ti incluso vestida".
Peleas y Melisanda
Comienza una larga lista de ovaciones y carcajadas que serían constantes durante toda la noche, incluso en la siguiente "canción protesta":
En la costa suiza
La gente ríe entre boquerones y calamares, sin esperar una referencia a Pablo Neruda...un tanto modificada:
¡Ay, Democracia!
"Me gustas, Democracia, porque estás como ausente" no tiene problemas con los derechos de autor, según nos confirma el madrileño, pero sí tiene el peligro de silenciar el siguiente par de versos con los aplausos que puede llegar a producir. Doy fe... Para cambiar de tercio, una historia de amor...
Mariví*
...o dos, a saber...los recuerdos suelen mezclarse cuando llevan tiempo en el coco y al final uno no sabe si se lo ha pasado bien con Mariví, si se ha divertido de lo lindo con Maribel, si ambas cosas o si ninguna de ellas. De lo que sí estaba seguro Krahe es de su experiencia con el festivo (en Madrid)
El Dos de Mayo
y los roces con su señora esposa, de ascendencia francesa (aquí el madrileño nos demuestra su destreza con la turuta). Así que, para calmar los humos, recuerda su isla paradisíaca, donde gusta componer, caipiriña en mano, canciones reivindicativas:
Diente de ajo
que no siempre le salen, pero si no sale eso, otra cosa lo hará, que nunca está de más. Por suerte, no es la única fuente de inspiración que tiene, ya que para fuente...
Agua de la fuente*
el agua y los pajarillos siempre dicen algo...al que quiere escuchar. El campo siempre ha inspirado mucho. Y prosigue la actuación con una canción social:
Vecindario
"Social, porque sale mucha gente", aclara Javier, quien, a continuación, hace alarde de su estantería de libros que no ha leído, pero que alguna vez utilizará. Libros como La Odisea de Homero:
Como Ulises
Algunos recordarán la historia de Odiseo de otra forma, pero eso no quita calidad a esta canción "marinera". Y, hablando de recordar...
Abajo el Alzheimer
¡Qué mejor que protestar contra el mal de Alzheimer que recordando! Pero, ¿qué recordar? La mujer de uno siempre es una buena opción para ello:
Vals del perdón
Y, así, tan tranquilamente que no nos damos cuenta, el viaje llega hasta Nueva Zelanda:
Antípodas
Los que, "por compromisos familiares o por desidia", no hayamos estado allí nos reconfortamos con la información que se nos da: "En las antípodas todo es idéntico...idéntico a lo autóctono". Pero viajar tiene un problema: encontrarte tu sitio natal de patas arriba, como el que hubiera vuelto a España justo cuando Javier Krahe se encotnraba en pleno juicio por cocinar un cristo en 1978.
Fuera de la grey*
"Grey" no es el de la anatomía (ni el de las sombras, dicho sea de paso), sino una palabra derivada del latín grex, gregis, "rebaño", raíz de la palabra "gregario" y eso...cosas del lenguaje. Menos mal que aquello pasó y este hombre podrá seguir disfrutando de los pequeños placeres cotidianos:
Puzle*
El cuerpo de una mujer sí que es un placer (aunque a algunos prefieran hombres y, según otros, tanto da lo femenino como lo masculino); tanto que te puedes volver adicto, con los problemas de desintoxicación que ello implica. Por suerte siempre hay amigos que te recomiendan soluciones y/o libros que te ayudan a sobrellevar los malos tragos. Soluciones como ese ungüento escocés que se aplica por dentro en un vaso con hielo y libros como el de Herbert Marcuse
Eros y Civilización
Con un ataque de tos recién solventado tras un lingotazo de jarabe, el cantautor nos revela el intento de ampliar su mercado hacia el Extremo Oriente. Lo hizo con una salsa que no triunfó allí porque no era de soja, aunque contaba una historia interesante:
La yeti (1ª parte)
El Himalaya siempre es una buena fuente de anécdotas interesantes. Una de las mejores cosas que nos regala este tema es la demostración de las cualidades para el baile de Krahe, el cual, en cuanto acaba, se va del escenario. Pero sus músicos le animan para salir a los bises:
Piero della Francesca
Primero nos da una pequeña lección de Historia y Geometría, gracias a la figura de este hombre del Renacimiento. Por último, nada en concreto:
Un burdo rumor
Y así es como el miembro de Krahe sirvió para despedir su propio concierto. Un pequeño final para un gran espectáculo.

En el postconcierto, me quedé junto a tres personas que acababa de conocer, porque a uno de ellos se le ocurrió pedir a Javier Krahe que le firmara una foto que llevaba de unos soldados estadounidenses frente a la bandera de su país el pasado día 4 de julio en la base militar de Rota (no preguntéis). Al ver que la operación se tornaba en fracaso, decidí por fin irme, que ya era hora. Aproveché que estos conocidos andaban de cháchara con el madrileño para estrecharle la mano y me fui de allí escuchando el Enemy of God de los Kreator.
Entrada del concierto
* Estas canciones son nuevas y no las he encontrado subidas en ningún sitio.


"-Hola, soy Alex O'Dogherty y soy...
-¡IMBÉCIL!"
AO y LB
Sevilla, uno de diciembre de dos mil doce, sábado.
Teatro Quintero, once y algo de la noche.

Una revisión completa del concepto de "piano preparado" centra la atención del escenario y de la actuación (un piano que, desde mi posición, me impide ver al bajista y al teclista, todo sea dicho). Aparece un barbudo con sombrero, seguido de cuatro trajeados, y se van colocando en su sitio para empezar a tocar. Con todos listos, viene O'Dogherty (con un bigote y una mosca que me recuerdan a Pedro Reyes), que se pone a probar su tan peculiar piano y lo deja listo para empezar. A continuación, tiene lugar la presentación que véis unas líneas más arriba, utilizando la conclusión de que todos (la banda al completo y el público) éramos imbéciles para presentar la primera canción del espectáculo:
Imbécil
La imbecilidad le hace a uno meter la pata a veces, pero otras es el subconsciente el que te hace jugar malas pasadas. Alex comenta la experiencia desafortunada de un conocido para ilustrarlo y da pie a una nueva canción (permitidme no poner el listado completo, pero no conozco todos los títulos ni encuentro grabaciones).
Ah, la mente...de la mente puede salir cualquier cosa, incluso pura mierda:
Esta canción es una mierda
Pero no todo va a ser malo, ¿no? Dicen que toda parte tiene su contrario:
Esta canción es muy bonita
Es fácil hacer una canción bonita si sabes cómo. Alex nos da la solución: re, sol, la. Tres acordes. Muchos de los éxitos en castellano de todos los tiempos están compuestos sólo con esos tres, como demuestra a continuación en una maravillosa muestra que, inevitablemente, recuerda a esta, también maravillosa, del estadounidense Rob Paravonian. En la gala inaugural del Festival de Cine Europeo de Sevilla los asistentes pudieron disfrutar de esto (minuto 3:25).
Y, entre risas, llegó el momento del amor...o del desamor...quién no tiene algún que otro ex. O'Dogherty tiene ex hasta en el nombre: "Soy ex de mí mismo", lamenta. Recuerda una chica con la que estuvo que era bastante problemática, pero ¿quién quiere problemas? Mejor estar "arreliao en una manta" como un sanjacobo en el sofá viendo la tele:
Cuatro minutos
Con lo sencillas que le gustan las mujeres y lo difícil que lo tiene...este artista nos abre su corazón describiendo la sencillez que busca: una chica sensible, que le haga reír, respete su espacio, baile claqué y dos o tres (mil) detallitos más, entre los que me gustaría destacar "una señora, vamos a reconocerlo, y una puta, cuando tenga que serlo". Un cuasi-trabalenguas digno de ser oído en directo (pero, a falta de pan...minuto 5).
Con la carrerilla que había cogido con la descripción, ya no podía parar.
Una melodía que se alarga hasta el infinito que sólo pueden parar los miembros de la banda, haciendo que Alex se tranquilice y se deje llevar...hacia una nueva canción.
Te dejas llevar y puedes llegar a sentir muchas cosas. Aquí viene el recuerdo de una chica especial:
Tú me haces sentir nada
Siempre es mejor sentir nada que sentir que te chupan...la energía. Cada uno tiene la suya y jode que te la chupen (quién iba a decir que un tío fuera capaz de decir esto):
Mi energía es mía
De repente, un cuadro flamenco para continuar con este tema. Un micrófono inalámbrico que falla; pero así conocemos al técnico de sonido, que sin él la actuación no sería lo mismo. Y, ya que estamos, un aplauso para los músicos, con nombres y apellidos.
Todos vuelven a sus posiciones y el gaditano nos enseña un nuevo cachibache: un versátil y multifuncional teclado Casio de juguete, con el que nos habla de esa sensación de ver dos cepillos de dientes donde antes había sólo uno:
Mil cepillos de dientes
Y es que la vida puede ser maravillosa...o puede ser una hija de la gran puta que lo mismo te da alegrías que gatillazos.
No hubo manera
Pero no pasa nada porque con la imaginación se va a cualquier parte:
Yo y mi imaginación
¡Llegó el momento de la encuesta de la noche! ¡Un evento sin igual que persigue un objetivo sin igual! ¿Cuál es el mejor método de difusión, la cartelería, las redes sociales, que el propio protagonista del espectáculo te anime a ir o el tan socorrido boca-oreja? El último método se lleva la palma.
Trámites burocráticos aparte, es la hora de hacer el indio (que no el indie). Presenciamos un ritual sagrado de una antigua tribu que, visto desde fuera, puede resultar algo irrisorio, ya que consiste en utilizar el chocolate de un bollicao como pintura de guerra. Pero la cosa funciona porque con el siguiente tema todos nos venimos arriba (como si en algún momento nos hubiésemos venido abajo...):
Venveteven
Los artífices de la música se marchan, el público no deja de aplaudir, una pareja coge puerta, sale O'Dogherty ataviado de maestro de ceremonias circense y llegan los bises. ¿Qué pasará ahora?
Y ahora ¿qué?
Para no perderse mucho, nunca está de más tener una pequeña guía.
Libro de instrucciones
Y con el fin de las instrucciones llegan las presentaciones finales: cada músico de una parte del país, pero compartiendo las mismas ganas de música y diversión; saludan, Alex lo graba con su móvil y el cuento se acabó.

En fin, una actuación donde, si bien algún que otro gag es (como podéis ver en los enlaces que he puesto) rescatado, no puedes estar serio, sin que por ello merme la calidad musical; gran variedad de instrumentos y gran variedad de cachibaches a los que el actor nos tiene acostumbrados. Sólo lamentaba haber tenido que disfrutar de una actuación como esa sin acompañante. No obstante, me alejé del lugar con una sonrisa amplia y duradera.

Cartel promocional
Seguro que se me han escapado muchos detalles interesantes, pero llevo desde el domingo intentando montar esto...además, siempre está bien no contar todos los detalles, ¿no? Pues eso, ahí quedó.

Ojalá todos los fines de semana fueran la mitad de intensos que este.

Gracias por su tiempo. Y gracias a Javier, a Alex y a todos los implicados en estos eventos.

29 de octubre de 2012

Concierto de Titan's Eve, Voivod y Arch Enemy en La Riviera (Madrid)

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Logo de Arch Enemy
Madrid nunca ha sido una ciudad que me llamara la atención, al contrario, siempre pensé que, cuando fuera, no me sentiría a gusto. Pues bien, a pesar de que lo primero que me encontré fue una huelga en el metro, he pasado un fin de semana fabuloso. Pero, centrémonos en lo importante, haré un breve resumen de mis impresiones sobre el evento del que habla el título:

Me debía este viaje para sentirme mejor conmigo mismo por no haberme enterado del último concierto de Arch Enemy en Sevilla. Lo mejor fue que, al conocer a los teloneros, me entraron más ganas de ir, como si no fuera suficiente tentación ver a Angela Gossow cantar en directo.

Titan's Eve
Titan's Eve son unos thrashers canadienses con mucha calidad, tanto en estudio como sobre el escenario. Desde la primera vez que escuché algo suyo (su tercer y último disco hasta la fecha, Life Apocalypse) me parecieron muy buenos y las posteriores escuchas mantuvieron mi postura. Haberlos visto el viernes tocando y dándolo todo ante un público tan escaso (como suele pasar con los teloneros, se llevan la atención de sólo unos pocos) me a afianzado en mi opinión. Buena música, buenos intérpretes y buenas personas.

Voivod
Voivod, también de Canadá, tienen bastantes tablas más (llevan desde los 80 en activo). Los conocía poco más que de oídas, recuerdo que alguna vez escuché algo suyo, pero por lo visto no le presté mucha atención, porque ese thrash progresivo es una maravilla para el oído. Dieron un buen espectáculo (alguno de sus miembros también después del concierto), acorde con su nivel musical, y, si tengo que quedarme con algo, es con un adelanto que dieron del nuevo disco que van a sacar, Target Earth, una canción titulada Kluskap O'Kom. ¿Por qué me quedo con eso? Porque el estribillo suena, como bien notó Acho, prácticamente igual que "Cruzcampo con", algo especialmente curioso, teniendo en cuenta lo que se añora a Gambrinus en una tierra plagada de Mahou.

Arch Enemy
Por último, Arch Enemy, el plato fuerte de la noche. Estos punkis del death metal sueco pusieron un final espectacular a una tarde-noche maravillosa para todo headbanger (digo yo). Vídeos impactantes de fondo, sonido estridente y melódico a la vez, coreos de los solos de guitarra, llamadas a la revolución y, cómo no, Angela Gossow, la mujer capaz de comerte de un bocado, ese demonio embrutecido encerrado en unas curvas hipnotizantes. No faltaron temas aclamados como Revolution begins, We will rise o Nemesis ni algún que otro tema de su último disco, Khaos legions, como Bloodstained cross. El nivel no paró durante todo el concierto, ni siquiera durante el parón previo a los bises, y es que este grupo sabe cómo mantener los ánimos arriba (aunque no era muy difícil después de las dos actuaciones anteriores). Mención especial merece el momento en que la cantante sacó una bandera de España pintada con lemas del grupo y con el logo de la banda dibujado sobre el escudo del país.

Cartel del World Khaos Tour para España

En definitiva, una de las mejores noches que he pasado en mucho tiempo, un concierto increíble que me supo a poco y tres grupos a los que merece la pena ver, cada uno por sus motivos. Espero volver a ver varias veces más a cada una de ellos (o, al menos, una más a cada uno). Os animo a que los veáis, si os va este rollo. No os decepcionarán.

Enlaces a la crónica en Hijos del Metal K y en Conversaciones Con Un Vampiro.

10 de octubre de 2012

Las tres edades

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Os dejo con un poema que escribí no hace mucho.

La poesía nunca ha sido mi fuerte ni de lejos (como demostré aquí), pero siempre me he preguntado si sería capaz de escribir algo de este estilo. Quitando intentos de canciones que han quedado en nada, esto es lo primero que escribo en serio en verso (con ayuda, que todo hay que decirlo) y estoy bastante contento con el resultado.

Como anécdota os diré que la idea era escribirlo y seguramente dejarlo perdido por ahí e ir releyéndolo varias veces conforme avanzara el tiempo, pero terminé por presentarlo a un concurso de literatura que hicimos en el foro Hijos del Metal K y quedó en segundo lugar.

Os dejo con el poema y con la imagen que me llevó a escoger el tema:

Las tres edades de la mujer, óleo de Gustav Klimt

Tres cuchillos en la mesa,
uno vuelto del revés,
torcido a la derecha,
con la hoja maltratada.
Es, sin duda alguna, el
más antiguo de los tres.

Tres cuchillos, tres.

El de en medio es el pequeño,
el brillo de su filo
le da un aspecto cruel,
pero parece indefenso...
ni la sombra del cajón
puede hacerlo envejecer.

Tres cuchillos, tres.

El último está erguido,
como si cuidara de
los otros dos cuchillos;
parece atender a todo.
Aspecto maduro, serio,
potente, curtido y fiel.

Tres cuchillos, tres.

Los tres están-ahí.
Los tres son diferentes
y capaces de cortar.
Si para bien o para mal
la mano que maneje
decidirá qué hacer
con los tres cuchillos.
Con los tres.

5 de octubre de 2012

Obituario para un texto perdido

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"Un goteo incesante no le dejaba dormir"
Así comenzaba. Ni siquiera recuerdo si era exactamente así. Sólo recuerdo que una noche no podía dormir y me senté a escribir (cosa que nunca había hecho hasta ese día). Era de madrugada y el goteo lo estaba escuchando realmente; nunca lo he vuelto a oír, y eso que soy de trasnochar, y no conseguí averiguar a qué se debía. Me puse a escribir en una cuartilla con mi irregular letra y, para mi sorpresa, prácticamente todo el texto me salió con fluidez. Quedé contento con el resultado aquella noche y me fui a dormir a gusto.

En días posteriores, tras releerlo, vi varios aspectos mejorables, pero pensé que no estaría mal dejarlo tal cual, como mi primer relato que era. Entonces sólo conocía a una persona que empleaba parte de su tiempo en la escritura, se lo enseñé y, teniendo en cuenta que era lo primero que hacía, no fue duro con su crítica. Volví a releerlo y lo seguía viendo igual, con los mismos fallos que le vi la vez anterior, pero igualmente me gustaba y lo guardé. “Quizá más adelante, cuando haya escrito más, me veo capaz de mejorarlo”, pensé. Sin embargo, tal como lo guardé lo olvidé.

Al tiempo, hace poco más o menos un año, lo recordé y, a pesar de que me hubiese gustado encontrarlo, no lo busqué (así soy yo). Hasta que, unos días más tarde, le dije a alguien que lo buscaría para enseñárselo, seguramente después de haberlo retocado. Tardé en comenzar la búsqueda y, cuando al fin la emprendí, no hallé nada. Siempre he hecho garabatos en papeles y he guardado las hojas, en muchos sitios, pero en ninguno de ellos había siquiera una pista del texto perdido sin título.

Ni a mano ni a máquina ni digitalizado, incluso apenas presente en la memoria. No le tuve tanto aprecio como a otras cosas que hice, por eso de que era muy mejorable, pero fue el primero y ahora no está, aunque no es eso lo que me hace añorarlo ahora. Ha llovido mucho desde entonces (y eso que vivo en Sevilla) y he avanzado bastante en eso de la escritura, por eso me parecía algo genial reescribir la historia de aquel/aquella insomne (ni siquiera me acuerdo si era un él o una ella).

No sé, como digo, dónde estás; espero que no te desechara (aunque me extraña que lo hiciera). Sólo quiero dejar constancia de que te echo de menos desde hace unos meses y de que lo primero que haré al reencontrarte, si es que es posible, será reescribrte y mostrarte a todo el que pueda.

Un saludo, criatura de Frankiüstein.